Desde nuestra perspectiva de adultos, aprender un idioma no es una tarea fácil. Un sinfín de vocabulario, reglas gramaticales, acentos imposibles y la barrera de nuestra propia vergüenza, en ocasiones el mayor obstáculo, dificultan un proceso al que es preciso dedicar mucho tiempo y esfuerzo para tener éxito. Por ello quizás pensamos que los niños pequeños no están preparados para ese reto. ¡Error! Desde edades muy tempranas, nuestro cerebro absorbe y asimila cosas de forma innata, entre ellas el lenguaje. Por lo que es el momento idóneo para ampliar el universo fonológico y conceptual de nuestra lengua materna con un segundo idioma. En este artículo te explicamos porqué es importante aprender inglés desde muy pequeños y cómo llevamos a cabo ese proceso en las clases de inglés para niños desde 3 años en las academias ELI.
La plasticidad de un cerebro en formación
En los primeros años de vida, el cerebro es una esponja. Aprendemos a ejecutar movimientos, forjamos rutinas y modelos de comportamiento, imitamos y descubrimos nuestro entorno. Todo ello a un ritmo endiablado...y envidiable para los que tenemos ya unos años.
Un claro ejemplo es la adquisición del lenguaje. Hasta los 6 años los niños desarrollan un complejo sistema fonológico que está vinculado a su lengua materna. Si entran en contacto con otros idiomas, ese sistema se enriquecerá de forma exponencial y sentará las bases de su capacidad para hablar de forma natural en otras lenguas en el futuro. ¿Os ha sorprendido en alguna ocasión escuchar a un niño o niña de 4 años pronunciando una palabra en inglés con un acento perfecto? Se debe precisamente a esta circunstancia, a que ha integrado de forma innata el sonido e incorporado a su dicción.
Asimismo, cuando somos pequeños tendemos a imitar sonidos que se van acumulando e interiorizando en el cerebro, creando un repositorio fundamental para el desarrollo del lenguaje. Además, no entienden qué es eso de la vergüenza, por lo que el proceso es mucho más natural y desinhibido.
Ventajas de aprender inglés desde pequeños
Son cada vez más los estudios científicos que señalan los beneficios de fomentar una educación bilingüe entre los más pequeños. Además de las ventajas puramente prácticas orientadas al futuro (hablamos de oportunidades laborales, de comunicación, etc.), hay que señalar otros impactos positivos en el propio desarrollo cognitivo del niño, como su habilidad para resolver problemas, mantener la concentración, o incrementar su memoria. Estas son algunas consecuencias evidentes del hecho de ‘gestionar’ a la vez dos idiomas en el cerebro, propiciando un uso más rápido y eficiente a la hora de ordenar la información.
Aprender inglés en el aula desde los 3 años
En ELI ofrecemos clases de inglés para niños desde los 3 años. Algunos padres se preguntan si no es demasiado pronto, o si realmente vale la pena. La respuesta está en los resultados. Contamos con un amplio porcentaje de niños que obtienen un certificado B1 antes de los 12 años, o un B2 antes de los 16. Todo ello es fruto de un proceso que se inicia desde muy temprana edad, con clases donde los pequeños entran en contacto con un divertido y estimulante ambiente angloparlante.
En ELI hemos desarrollado una metodología donde se conjugan las actividades lúdicas con otras de adquisición del idioma en su contexto. Es decir, vamos introduciendo a los niños en su segunda lengua en un entorno donde se sienten seguros, con confianza y libertad para expresarse en inglés.
Naturalmente, este no es un proceso inmediato. Al fin y al cabo, la exposición al inglés de los niños en su vida diaria no es la misma que a la de su lengua materna. Pero tener la oportunidad de asimilar el inglés, con sus sonidos y estructuras, desde pequeños es fundamental para fomentar un bilingüismo natural.
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